lunes, 2 de febrero de 2009

Descenso. Relato en dos actos. Primera parte.

Nota del autor:

Cuando lean este relato, podrán darse cuenta, sobre todo ciertas personas, que existen nombres característicos. Pues bien, esto está basado en una 'historia real', ocurrida en el verano de 2008, en mi casa. A esas personas, bueno, que se diviertan, pues lo escribo con tinta de mi Alma, especialmente para vosotros. Que vuestro calor nunca deje de alentarme.



La mazmorra era inmensa. Los intrépidos aventureros Dune, Lhy, Monario, Saikon, Ahriel y Nigro la exploraban, dispuesto a encontrar a sus cautivos amigos Zhie, Sasazuka y Ath, que habían sido apresados por el Dragón Negro en la primera exploración.

Mientras avanzaban, la elfa Elibella les guiaba por transmisor. Según ésta, aún deberían quedar dos salas hacia delante, y luego habría que buscar el camino, pues ahí se tuvo la última noticia de los tres.

El humano Monario se hallaba frente a la puerta que les conduciría a la primera sala. Cuando se abrió, la puerta emitió un crujido que se ahogó en la interminable oscuridad.

Ahriel, a los lados –susurró.

Ahriel alzó ambos brazos, uno a cada lado, y unas antorchas iluminaron una larga sala. En ella, dormitaban tres tigres dientes de sable. Nigro, que lideraba ahora la comitiva, señaló al más cercano y se acercó con su incondicional sigilo. Cuando se halló a unos centímetros de la bestia, echó la vista atrás.

Los otros asintieron y desenfundaron sus armas. Espada, Dune; mágicos bastones, Ahriel y Lhy; como arma un hacha sacó Monario; un martillo Saikon. Nigro desenfundó dos afiladas dagas silenciosamente, y asintió también.

Rápida, silenciosa y definidamente, asestó dos golpes en el cuello al animal, que aulló en el umbral de la muerte. Los otros dos se despertaron.

A la legua veíase que uno era cuantiosamente de mayor tamaño al otro, al más cercano al grupo. Nigro y Dune avanzaron primero, saltando contra el primero. Con varios golpes consiguieron dañarlo gravemente, pero se mantuvo en pie. Saikon y Monario golpearon al otro, pero éste era fuerte y robusto, y dejó inconsciente a Monario y a Saikon lo expulsó a unos siete metros, cerca del otro, que le golpeó duramente, antes de que Dune le asestara el golpe final.

Dune y Nigro se acercaron al último, y consiguieron herirlo pero tampoco tuvieron suerte, y, rabiosamente, el tigre les devolvió el golpe.

Con lo cuatro guerreros en el suelo, corrió hacia Lhy y Ahriel, que se preparaban en posición defensiva. Ahriel le lanzó un hechizo que consiguió frenarle, pero cuando se recuperó, se lanzó hacia ella y la sujetó contra el suelo. Forcejearon, hasta que la muchacha sintió el hedor de la boca de la bestia a pocos centímetros de ella.

Entonces, cuando el tigre se proponía morderle el cráneo, un fuerte y severo hechizo producido por Lhy alejó e hirió a la bestia. Los cuatro guerreros, que se habían recuperado observando la escena, se abalanzaron sobre el tigre, que se hallaba indefenso.

Saikon dio el último golpe.

Su hacha atravesó el cuello de la bestia y, cuando levantó el arma, la cabeza se separó del tronco.

Lhy ayudó a Ahriel a levantarse. “Gracias”, dijo ésta.

************

La mayoría de las heridas eran superficiales, salvo una pequeña fractura de muñeca que sufría Dune. La batalla con los tigres había sido algo rápida, pero sufrida y dura. Esperaron unos instantes en la sala, reponiendo fuerzas, pero lo justo, pues sabían que no había tiempo que perder. “En la siguiente sala”, les informó Elibella, “es en dónde tenemos las última transmisión de Zhie y los otros”.

En la tercera sala, habíanse encontrado, simplemente, tres cabezas talladas en mármol, tres huecos para esas esculturas, y un pergamino. Ahriel se acercó y lo desenvolvió.

La lengua de los unicornios –explicó.

¿Sabrías traducirlo? –preguntó Dune.

Ahriel meditó unos instantes. Aquello podría costarle y quizás (probablemente) la traducción tendría fallos. Aún así, lo intentó. Leyó detenida, pausada y sabiamente el pergamino y, tras unos instantes, comenzó a leer tranquilamente.

Es un acertijo. Dice: "Tres dioses A, B, y C son llamados, en algún orden, Verdad, Falso, y Aleatorio. Verdad siempre habla expresando la verdad, Falso siempre habla expresando algo falso, pero la respuesta de Aleatorio es completamente aleatoria pudiendo ser verdadera o falsa. Su tarea es determinar las identidades de A, B, y C preguntando tres preguntas cuya respuesta es si o no; cada pregunta debe ser formulada a un único dios. Los dioses entienden español, pero contestarán todas las preguntas en su propio idioma, en el cual las palabras para Si y No son 'da' y 'ja', en algún orden. Usted no sabe que significado se asocia a cada palabra."

Todos los ojos en aquella sala se abrieron como platos. Bueno, menos dos…


R. Q.



This will continue...