Juliette, nombre de rosas.
Juliette no bailaba,
movía el mundo bajo sus piernas.
Y él, orgulloso, aceptaba.
Castaña natural, las veces cubierto.
La Luna, exaltada por la belleza,
dejó su marca, así no su pómulo desierto.
Bella, compleja a la mano a la simpleza.
Pero Juliette estaba en soledad.
Cientos la tuvieron en brazos;
miles le hicieron vivir mentirosa verdad.
Solo por ti, Juliette, tus abrazos.
Tanto amó y tanto la amaron
pero sin amor, Juliette, no con amor.
¡Cuántos tus labios rozaron
y cuántos se negaron dándote dolor!
Que se vengue el olvido de mí,
que se olvide el recuerdo certero
si algún día, Juliette, a ti
no amé con un sentir verdadero.
Como no aquellos bandidos,
que en tu cadera prendieron, a tu vera.
Viejos canallas perdidos
en aquel bulevar en la carretera.
(NdA: Poema, relato, corto y canción.)
miércoles, 11 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)